jueves, 8 de abril de 2010

FERNANDO VALLEJO


Encontré en Youtube el video-montaje (pinche aqui), en el cual el escritor Fernando Vallejo, en una entrevista al aire en la emisora la W afirma que hay que matar al presidente de la República. ¿Será esto una incitación a delinquir? ¿Estaremos en este caso en presencia de un uso abusivo de la libertad de expresión? ¿Esta terrible sinceridad de Vallejo podría ser prohibida por el derecho? ¿A qué Fiscal con un poco de conocimiento de la persona de Fernando Vallejo, de su obra, de sus opiniones, de sus polémicas intervenciones, se le ocurriría adelantar un proceso penal en su contra?

Saquen ustedes sus propias conclusiones.

3 comentarios:

  1. Insginificantes y ridiculas son las ofensas de Vallejo, quien si como escritor haya tenido talento, pero que como patriota y luchador no ha mostrado mas que su odio hacia el País donde nació su carrera artísica.
    Llegando al paroxismo de la locura este ex-colombiano, atenta no sólo contra la integridad moral de su patria, sino también contra su presidente y contra el pueblo en general.
    Esta actitud beligerante podría ser motivo de una sanción, claro, sin embargo, con qué fin?

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  2. El hecho de que el señor Vallejo dija "hay que matar a ...." no me insita a hacerlo, quizás despierte el sentimiento en algún seguidor enfermizo de sus obras, si bien dentro de la percepción "moral" de muchas personas este comentario es irrespetuoso, no me parece un uso abusivo de la libertad de expresión.

    Un uso abusivo de la libertad de expresión personalmente lo puedo encontrar en numerosas páginas o grupos de redes sociales en las cuales el individuo personificandose en un perfíl falso o anónimo utiliza la imágen (me refiero a fotografía o similares) de algún personaje con un grado de reconocimiento masivo, la modifica o le escribe comentarios ofensivos, con el fin de degradar la "reputación" o la honra de dicho personaje. En este caso soy partidaria de que el individuo no se puede excusar en su derecho de la libertad de expresión para vulnerar otros derechos como el de la honra.

    Ahora, sobre el comentario de Deimos creo que la condición apátrida de Vallejo no atenta contra la integridad moral de su "patria", de hecho no creo que se presente homogeneidad en lo que se puede llamar la "integridad moral de un país" (en este momento me pregunto si eso existe), si son buenos o malos los comentarios que Vallejo hace del país, personalmente yo como apátrida en mi opinión moral no los comparto porque quizás sus razones para ser apátrida son distintas, pero no es tan trascendente para los patriotas ya que lo único que les puede ocasionar con ese comentario sea un simple dolor de cabeza.

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  3. Muy buenos comentarios. En abstracto no estoy de acuerdo con la idea de que la libertad de expresión permita amparar a quien afirme que "hay que matar a...".

    Sin embargo, el ejercicio de la libertad de expresión nunca es plano, nunca es abstracto, y nunca se realiza por fuera de un contexto. En este caso el contexto ofrece unos elementos muy interesantes. Voy a referirme solamente a dos de ellos.

    En primer lugar al medio y la ocasión. El medio es la estación de radio la W una emisora bastante prestigiosa que mezcla la transmisión y el tratamiento de temas frívolos con temas profundos de un momento a otro. Se habla de la moda en París seguidametne del vencimiento de términos en los procesos por los falsos positivos y separados por una cuña se habla del clima en Madrid. El contexto de la entrevista era la provocación, el seguro enfrentamiento entre un periodista crítico de la obra de Fernando Vallejo y el mismo Fernando Vallejo. Provocación periodística a ciencia y paciencia del director de la emisora. Nunca se esperaron que las altisonantes palabras de Vallejo fueran escuchadas en toda la Costa Este Nueva York, Nueva Jersey y Connecticut.

    En segundo lugar, no hay que olvider que se trata de Fernando Vallejo, sobre todo un artista, un rebelde, un provocador. Los artistas no son políticos, no son académicos, no son analistas, no son periodistas, son precisamente artistas. Tienen una forma de ver el mundo y de expresarse diferente. Cualquiera que conozca a Fernando Vallejo, y digo, que lo haya escuchado, que haya platicado con él, que haya leido sus libros, sabe que Fernando no mataría ni a una mosca... es vegetariano y protector de los animales! Las palabras de Vallejo no pueden ser entendidas literalmente, son, y precisamente por lo fuertes, un claro mensaje de desaprobación y de rechazo del poder, del poder político en Colombia, y de su, esa sí terrible tradición de violencia, intriga y sangre, que sólo para este caso, estaba representado en el presidente de turno, Andrés Pastrana.

    Creo que si uno se toma en serio el contexto, el medio, y el personaje, puede darle al ejercicio de la libertad de expresión en este caso su verdadera dimensión. En el sentido de irreverencia, de rechazo y de control del poder desde abajo, desde la perspectiva de un escritor, desde la soledad de un artista. En mi opinión, desde el sólo instrumento de las palabras, este ejercicio de libertad de expresión no debería ser perseguido mediante el la acción penal del Estado.

    Finalmente, no creo que jurídicamente sea relevante mencionar la alegada integridad moral de la patria (semejante abstracción) ni la integridad moral del pueblo (qué extraña relación se supone entre un presidente y su pueblo).

    Por último, quizá Vallejo odie menos al país que muchos de nosotros (y aquí lo parafraseo). No siempre decir algunas verdades incómodas supone un claro ejercicio de odio, menos si se aprecia bien el contexto en que se dicen y el personaje que las dice.

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